CULTO A UN POEMA
« Dedicado al poema
“Petición de mano” de Carlos Martínez Rivas»
¿ES QUE la
poesía no es más que el culto a la suprema belleza?
Las tumbas están vacías en los sepulcros, «sino
el olor delicado
y repugnante de la muerte / y el aire frio del
vacío/ y la mortaja,
sola, / albeando en el fondo del sepulcro.»
En los
panteones del Olimpo los dioses son llevados en andas
por las musas, en las avenidas tapizadas de
guirnaldas rosas
vestidas de azures y rojos en danzas alegres que el
aire agita
con marchas triunfales, laureles y liras celestes.
Ni "los publicadores de libros",
ni los aduladores, ni los oficiales
mandaderos
de razones de los muertos vivientes, llevaron jacintos,
ni
azucenas, ni lirios perfumados, al húsar de Apolo creador de luz,
de
sol, de verdad y profecía; de la música de las ideas, del llanto
y de
la risa.
Los que dijeron que se puede vivir sin la armonía
suprema, sin
cantar
la belleza del Pan insurrecto, los que dijeron que es dar
culto
a los muertos por querer despertar la siesta del mismo
Dionisio;
fariseos, pues vosotros acaparadores de genios, banda
de
diablos y muertos laboriosos, os digo; de nada sirven las alharacas
masivas
incapaces de rendir tributo a aquél que sentó las bases del
nuevo
devenir poético en la tierra de Darío.
Tu tumba no está triste ni vacía, ¡Oh!
insurrecto viviente, tu poesía
está
viva, es el panteón de Gra-nada, el que está vacío, sin flores,
triste,
solitario, y que hoy se engalana con estos versos de tributo
y
porcelana a tu singular belleza.
Es el culto a tu poesía, a tu fascinante
dominio de la palabra, a la
perfección
buscada de tu armonía, la llama viva que permanece,
la
que canta y vive para siempre.
Se puede vivir siete días con pan y champaña,
pero sin tu poesía Carlos,
jamás.