¡Oh! Viejas polvaredas,
inclinen sus arrugados versos
ante el poeta nuevo
que levanta y abre,
visiones de pellejos tiernos.
Las viejas alondras que ya no cantan,
con sus polvos apagados
como pocillos oxidados
aburren tanto,
que el garrobo del bardo
ya no cabecea.
Solo el calzón nuevo alegra,
el corazón de un fauno retirado.
Managua 10 de junio de 2023