En la era
actual todos nos definimos,
consciente e inconscientemente,
era
en la que no nos conocemos,
ni nos vemos,
ni siquiera nos tocamos.
Las que disfrutan son las mujeres,
y aunque más sufren,
son las que
más ríen
y gozan del arte,
precisamente
porque son mujeres,
sensibles a la belleza,
y a la inteligencia.
¿Qué aman ellas de un poeta grande
o de un pintor exquisito?
Ellas,
las
mujeres divinas,
son espirituales,
aman y sienten la poesía,
hacen de
ella su refugio total
y personal.
El espíritu
de una mujer es el de una flor abierta,
es puro
sentimiento,
de una profundidad existencial,
sin límites,
de mayor kilataje entre los
seres vivos
en el universo.
T
ienen la suficiente edad,
sea la que sea,
para absorber la belleza y el amor
en
todo su esplendor.
Por eso
aman a los poetas, a los pintores,
a los artistas,
aman las letras
y las
pinceladas que hacen
volar sin límites libremente,
como cuando la mariposa deja la crisálida,
o la paloma abandona el
nido.
Los machos son bruscos, serios, insensibles,
salvajes,
pornográficos,
vulgares,
en sus neuronas corre,
la basura espiritual del ser.
Los
artistas y las musas son espirituales,
en el sentido correcto de la palabra.
Este canto es para ellas.
Managua, 21 de julio de 2023