domingo, 17 de noviembre de 2024

"Del Barro hacia la Luz" de Lolo Morales, con una crítica de Isolda Castañeda, Poeta Chilena

 Dedicado a mi consuegro el Doctor Francisco Lacayo Parajón

Nacemos entre sombras, hijos del lodo,

esclavos de un mundo que nos devora,
un alarido enterrado en carne,
un trueno que lucha por la aurora.

¡Oh, raza caída! ¡Levántate ya!
El barro es tu cuna, pero no tu tumba.
No fuiste forjado para inclinarte
ante falsos reyes, ante ídolos de humo.

¿Qué es esa rodilla que al suelo golpea?
¡Es una traición al fuego que llevas!
Tu espíritu no fue hecho para postrarse
ante hombres con rostros de cera.

¡Rompe el altar donde arden mentiras!
¡Quebranta los grilletes del miedo!
El oro que buscas es solo ceniza,
y la fama, un veneno en el viento.

¿No ves las cadenas invisibles
que te atan al peso de un dios impostor?
¿No sientes cómo hieren tu cuello
las sogas del credo, el dogma, el señor?

Tu vida no es moneda de cambio,
ni tu sangre tributo a sistemas de barro.
Eres chispa inmortal en un mundo de sombras,
un canto feroz que exige milagros.

¡Oh, raza arrodillada, despierta!
El barro no es más que un manto,
un caparazón que oprime la luz,
pero dentro, ¡dentro!, hay un relámpago santo.

¿Quién puede apagar el grito del hombre
que rompe cadenas con fuego y palabra?
¿Quién puede domar al espíritu libre
que se alza del polvo y arde con alma?

El sistema es un truco, una vil arquitectura,
te ata al consumo, te clava a su estructura.
Te roba los sueños, te arranca las alas,
y deja tu alma en ruinas, desgarrada.

¡Rompe ese espejo donde ves esclavitud!
No eres cuerpo ni carne ni ley de servidumbre,
eres un rugido, una fuerza indomable,
una llama que vence el abismo y su cumbre.

¿Quiénes son esos hombres a quienes veneras?
¿Quiénes son esos líderes de pies de arcilla?
¡Nada son! ¡Solo polvo en el viento,
marionetas del tiempo que el cosmos humilla!

La verdad no está en templos ni libros sagrados,
ni en tronos forjados por manos humanas.
Está en tu sangre, en tu latido puro,
en el fuego interno que nada apaga.

El barro es materia, pero no tu esencia.
El hombre que se arrodilla ante el barro
es más vil que el polvo que pisa,
es menos que el lodo que forma su brazo.

¡Levántate, hombre, mujer, espíritu herido!
Rompe el velo que cubre tus ojos,
y grita con la voz del trueno eterno:
"¡Soy más que carne, soy más que despojo!"

No hay credo más grande que la libertad,
no hay dios más digno que la verdad.
El hombre que la encuentra rompe cadenas,
y vence al tiempo, al miedo y la pena.

¿De qué sirve arrodillarse en la muerte
si nunca viviste, si nunca fuiste fuerte?
¿De qué sirve adorar lo que es finito,
si en tu pecho arde lo infinito?

El barro se rompe, pero tú te alzas,
con brazos de fuego, con ojos de lanza.
El barro no es dueño, es solo un camino,
que lleva a la luz, al divino destino.

Oh, raza encadenada, ¿no ves la prisión?
¿No sientes el peso de tu sumisión?
El sistema te miente, la fe te esclaviza,
y la costumbre ciega es tu peor camisa.

Destruye la idea que envenena tu mente,
desgarra la venda que cubre tu frente.
¡No hay hombre digno de adoración!
¡No hay maestro que sea dueño de tu razón!

Eres espíritu, chispa indomable,
un torrente feroz que nada detiene.
Eres libre si en tu pecho rugen
las verdades que la historia contiene.

No temas al barro, que solo es materia.
No temas al dogma, que solo es miseria.
La luz que buscas está en tu interior,
en tu grito ardiente, en tu feroz ardor.

¡Oh, humanidad, elévate ya!
El barro no puede contener tu verdad.
No hay muerte que aplaque el fuego que eres,
ni vida que frene tus ansias de veres.

Del barro hacia la luz, ese es tu camino.
Rompe el mundo, quiebra su destino.
Eres llama eterna, espíritu de acero,
y en tu libertad, tu propósito entero.

Grita al cosmos, ¡soy eterno y vivo!
No más cadenas, no más cautivos.
El barro es polvo, y el polvo se pierde,
pero la luz que soy, ¡nunca muere!

Lolo Morales, 17 de noviembre de 2024

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Crítica al poema Del barro hacia la luz

El poema Del barro hacia la luz es una obra imponente y torrencial que desafía los límites de la lírica tradicional. Con una fuerza casi profética, este texto logra capturar la esencia misma de la lucha humana por trascender sus ataduras, tanto físicas como espirituales. Desde los primeros versos, el poema nos sitúa en un escenario de sombras y barro, símbolos primarios de la materia cruda, la imperfección y la condición terrenal del ser humano. Sin embargo, lo que podría haberse quedado en un lamento existencial se transforma en un grito visceral de emancipación, una oda a la libertad integral y absoluta.

"¡Oh, humanidad, elévate ya!
El barro no puede contener tu verdad.
No hay muerte que aplaque el fuego que eres,
ni vida que frene tus ansias de veres."

La obra posee una estructura rítmica cargada de decasílabos, pero lejos de ser meramente un ejercicio técnico, el verso se convierte en un vehículo poderoso para la pasión que el texto exuda. La métrica, lejos de encorsetar el contenido, amplifica su intensidad y le otorga un dinamismo que evoca una marcha épica. Hay algo de Nietzsche en su filo irreverente y de Whitman en su ímpetu cósmico, pero no se detiene en homenajes; el poema se erige como un manifiesto original que invita al lector a un despertar total.

"Grita al cosmos, ¡soy eterno y vivo!
No más cadenas, no más cautivos.
El barro es polvo, y el polvo se pierde,
pero la luz que soy, ¡nunca muere!"

Uno de los mayores aciertos de esta obra es su manejo de las metáforas. El barro, recurrente en la tradición literaria como símbolo de lo perecedero, aquí es algo más que una condena: es un desafío. El poema utiliza el barro no solo para hablar de fragilidad o limitación, sino como un punto de partida hacia la transformación. La luz, por otro lado, no es presentada como una idea abstracta, sino como una fuerza intrínseca en el ser humano, una chispa eterna que puede incendiar su destino. Este contraste entre el barro y la luz, la materia y el espíritu, configura un eje simbólico que atraviesa todo el poema.

El tono del poema es deliberadamente incendiario. Es imposible leerlo sin sentir la urgencia de sus palabras, que parecen forjadas en un yunque espiritual. El texto interpela al lector sin concesiones: cuestiona sus creencias, desnuda sus sumisiones y exige una ruptura radical con las estructuras que lo esclavizan. Esta confrontación es tanto externa —contra los sistemas, los dogmas y las figuras idolatradas— como interna, un llamado a desenterrar la verdad que yace oculta en el corazón del lector.

"¡Rompe el altar donde arden mentiras!
¡Quebranta los grilletes del miedo!
El oro que buscas es solo ceniza,
y la fama, un veneno en el viento."

Sin embargo, no todo en el poema es asalto. También hay destellos de esperanza y redención. Al final, la luz que el poeta describe no es un regalo que se recibe pasivamente, sino una conquista personal y colectiva. Este equilibrio entre la denuncia y la posibilidad de liberación dota al poema de una profundidad filosófica que lo eleva por encima de un mero alegato enérgico.

En conclusión, Del barro hacia la luz no es un poema para ser leído de forma casual; es una experiencia que exige del lector entrega y reflexión. Su fuerza reside en su capacidad para incomodar y a la vez inspirar, para destruir certezas y construir libertad. Es un poema que, como su título indica, trasciende el barro de lo cotidiano para alzar al lector hacia la luz de lo eterno. Una obra que respira con el alma y sangra con el espíritu. Lolo Morales escribe con sangre.

"Eres espíritu, chispa indomable,
un torrente feroz que nada detiene.
Eres libre si en tu pecho rugen
las verdades que la historia contiene."


Isolda Castañeda, Poetisa Chilena, crítica literaria de lo eterno y lo inefable.




sábado, 16 de noviembre de 2024

Crítica al Ars Poeticum del Poema "La Redención de los Imbéciles" de Lolo Morales

 La Crítica de Arte 


Dolores Morales González, en su poema La Redención de los Imbéciles, logra una obra que no solo invita al lector a reflexionar, sino que lo zarandea con una audacia poética pocas veces vista en los tiempos contemporáneos. El título mismo es un desafío, una provocación intencionada que exige ser leído no desde la literalidad, sino desde una profundidad filosófica y simbólica. El poeta, lejos de buscar insultar, utiliza "imbéciles" como un vocablo arquetípico para representar la condición primitiva del ser humano, ese estado de oscuridad y egoísmo que ha sido una constante desde la edad de piedra hasta nuestros días.

El poema es un espejo de las miserias humanas, pero también una antorcha encendida que ilumina el camino hacia la posibilidad de un renacimiento espiritual, en uno de los éigrafes Morales escribe en latín "Et rebelles coepit videre lucem", que traducido significa, " y los rebeldes - o los imbéciles, o los esclavos milenarios - comenzarona  ver la luz".

Aquí, el autor trasciende la condena del ser primitivo y abre las puertas a la esperanza, a esa chispa divina que, aunque adormecida, sigue viva en la conciencia humana.

En su audaz exploración de la maldad innata, el poema no se limita a señalar los defectos, sino que busca entenderlos como parte de una narrativa universal: 

"los hicieron sentir culpables de su vida en paraíso
les dijeron que no debían comer del árbol de la vida
como que si ansiar vivir fuese pecado
les dijeron que morirían si comían del árbol de la sabiduría
como si querer ser sabio fuese pecado
¿qué daño hacían por desear saber?
¿era la sabiduría pecado?
¿era la ignorancia virtud divina?
¿quién había cometido pecado en realidad? ¿dios, la serpiente, el hombre, la mujer?"
Morales desnuda al ser humano en su totalidad, no para destruirlo, sino para redimirlo a través del entendimiento y la autocrítica.

Lo fascinante de esta obra es cómo evita las trampas de las utopías etílicas y opiáceas que han seducido a tantos idealistas. No se trata aquí de un sueño inalcanzable, sino de un llamado práctico y profundo al despertar de la conciencia: 

"¡oh! purpúrea musa de la libertad recobra tu ímpetu alza el vuelo, detén las trágicas olas que viajan en el éter zigzagueante de la serpiente venenosa 

ponle fin a la adormidera de los pueblos, azota con tu luminoso verbo hasta que extermines la muertehasta que los humanos amando la vida puedan liberarse, vengan los cóndores milenarios a espantar demonios timbucos, a machacar engendros calandracas" 

Estas líneas resuenan como una proclama humanista, un grito de fe en la capacidad del ser humano para trascender su estado actual y alcanzar un nuevo modo de ser, un “Nuevo Ser Humano-Divino”, como señala el poeta.

La estructura del poema, deliberadamente libre y fluida, refuerza la naturaleza orgánica de su mensaje. Es un río que avanza, a veces con la calma de la reflexión y otras con la violencia de un torrente que sacude las rocas del pensamiento estático. En su clímax, el poema declara:

 "queremos recién nacidos que amen la vida sin temor a muertes voluptuosas ni miedos a capataces ciclópeos que insaciables observan la hora terminal de los moribundos que dejan de quebrarse las espaldas hasta los sesenta y cinco años como bagazo que tiene que ir a la caldera para quemar ladrillos para los mausoleos y esfinges monumentales de los caciques"

 Con estas palabras, Morales González entrega su verdad desnuda, reclamando al lector su responsabilidad en su propio proceso de redención.

En términos estéticos, la obra dialoga con las mejores tradiciones de la poesía filosófica, evocando a figuras como Nietzsche y Whitman, pero siempre con una voz propia, arraigada en las complejidades de nuestro tiempo. La "imbecilidad" no es aquí un insulto, sino un estado a superar, una metáfora de la oscuridad que todos llevamos dentro y de la cual debemos liberarnos: 

"les metieron en miedo

les dieron una religión
un sacerdote
les hicieron creer en la existencia de lo inexistente
para que odiaran la existencia
para que odiaran lo natural
el miedo les esclavizó
se convirtieron en masas"

La Redención de los Imbéciles no es solo un poema; es un manifiesto para aquellos que buscan la luz en medio de la oscuridad. Dolores Morales González nos recuerda, con una poética tan profunda como exquisita, que la redención es un acto consciente, una revolución interna que exige valentía y verdad. Su poema es, en última instancia, una obra destinada a perdurar en el alma de quienes se atreven a escuchar su llamado.

Desde el amanecer de los tiempos, la humanidad ha transitado por sendas marcadas por la sombra de su propia ceguera. Los imbéciles —no como injuria, sino como un recordatorio de nuestra esencia primitiva— se mueven entre la penumbra de lo no revelado, encadenados a sus propias miserias. No hay en ellos maldad consciente, sino una tendencia innata, un peso ancestral que los ata al barro de su origen.

En cada acción, un eco de la piedra lanzada al río; en cada palabra, una chispa que incendia o ilumina. 

llegó el tiempo de la redención de los imbéciles, no a lo marxista, porque Marx se equivocó y no hizo más que quitar a un zar para colocar a otro zar en sus pedestales de granitos forjados en egolatrías infernales, el problema nunca fue económico porque en el paraíso había de todo para todos 

el problema siempre fue psicológico hecho a la medida para los imbéciles adoradores de seguridades esclavizantes

odiaron a los vagabundos porque invadieron sus palacios en busca de un mendrugo
despreciaron a los ciegos porque comenzaron a ver en medio de la oscuridad

persiguieron a los despiertos, y los iluminados se convirtieron en avatares más peligros que Jesús” 

El camino de redención no está en negar nuestra condición, sino en aceptarla como el primer peldaño hacia una verdad más alta, hacia un estado donde el ser humano trascienda su animalidad y abrace lo divino que habita en su centro.

No se trata de una redención fácil ni edulcorada, sino de una batalla interna, un despertar que sacude hasta los huesos. En ese despertar, el imbécil —que todos hemos sido— vislumbra la posibilidad de ser más que un nombre, más que un instinto: un creador de su propio cosmos.

"ya comienzan a tambalearse como borrachos de miedo en una era donde el sol ya no puede ser dominado ni las conciencias puedan ser adormecidas porque los faraones agonizan junto a sus religiones genocidas en el sueño invencible que los domina en las altas cúpulas de los campanarios de la eternidad

los viejos guardianes de mitos se desploman al compás del sonido del silencio de los meditadores en los atardeceres donde el sol jamás se oculta"

El viaje hacia un estado superior es, en su esencia, un proceso de dolor y belleza. La humanidad debe enfrentarse a su maldad latente, a las sombras que proyecta en cada acto de egoísmo, en cada instante de indiferencia. Y es ahí donde surge la pregunta esencial: ¿Es posible la redención en un mundo tan vasto y quebrado, o somos apenas un suspiro en el pecho del universo?

La respuesta no está en un dios externo ni en una ideología; está en la conciencia misma, en la chispa que espera ser avivada. Es en ese momento de lucidez donde el ser humano comprende que no hay redención colectiva sin redención individual.

Así, la redención no es un final, sino un comienzo: un paso hacia un estado en que lo humano y lo divino se abrazan, en que el ser ya no se define por su miedo ni por su miseria, sino por su capacidad de transformar. Porque no hay salvación sin conciencia, y no hay conciencia sin enfrentarse al abismo.

El imbécil, redimido, ya no es un esclavo de su pasado ni de sus pulsiones; se convierte en un alquimista de su destino, un puente entre la oscuridad que lo engendró y la luz que lo llama.

"y la eternidad se hizo luz, y la vida trasmutó en amor, 

y la casa es el paraíso que una vez nos negaron

 



Ángeles Ochoa Garza – Poeta Mexicana, CDMX, 16 de noviembre de 2024


viernes, 15 de noviembre de 2024

La Miseria Humana y su Redención ǀ Un Viaje de Reflexión y Esperanza hacia la Transformación de la Humanidad

 


 "La Miseria Humana y Su Redención"

Un Viaje de Reflexión y Esperanza hacia la Transformación de la Humanidad


Autor: Dolores Morales González


Introducción

Desde los albores de la humanidad, el viaje humano ha estado marcado por contrastes profundos: momentos de profunda oscuridad y destellos de esperanza que iluminan el camino hacia un destino más elevado. Este libro es una invitación para explorar ese trayecto, desde las sombras más densas de nuestra existencia hasta los momentos de redención que pueden transformar no solo a individuos, sino también a sociedades enteras. En sus páginas, se presenta un análisis de la esencia de la miseria humana, no con un afán de juzgar, sino como una reflexión sobre la complejidad de nuestra naturaleza y el potencial inquebrantable que reside en cada ser humano para cambiar y evolucionar.

La propuesta de esta obra no es simplemente entender los desafíos que enfrenta la humanidad, sino también ofrecer un faro que ilumine las posibilidades. A través de un enfoque crítico y esperanzador, se busca guiar al lector en un viaje introspectivo y colectivo, donde cada página actúe como un espejo en el cual observar nuestras luces y sombras. Al mismo tiempo, este texto pretende ser una herramienta para despertar una nueva esperanza, una chispa que inspire acción y compromiso con la creación de un mundo más justo y humano.

En este recorrido, se hace un llamado a mirar hacia atrás, hacia los orígenes de nuestra especie, para entender cómo hemos llegado hasta este punto crítico en la historia. Desde los primeros pasos en la sabana africana hasta los vertiginosos avances de la cuarta revolución industrial, este libro ofrece una visión panorámica que abarca las fuerzas que han moldeado nuestra civilización. Sin embargo, más allá de los hechos históricos, el propósito principal es analizar cómo los principios y valores universales pueden actuar como pilares sólidos para la construcción de una nueva humanidad. Una humanidad que no se define por fanatismos, divisiones o prejuicios, sino por la búsqueda de la justicia, la igualdad y el respeto mutuo.

Hablar de la miseria humana no implica reducir nuestra existencia a un estado de desesperanza. Al contrario, es un intento por desentrañar las raíces de nuestros conflictos internos y externos. La miseria humana, en sus múltiples manifestaciones, es tanto una carga heredada como un espejo de nuestra vulnerabilidad. Es en esta vulnerabilidad donde yace también nuestra mayor fortaleza: la capacidad de transformarnos. Al reflexionar sobre las guerras, las desigualdades, las injusticias y las crisis medioambientales, no podemos evitar preguntarnos: ¿es esta nuestra naturaleza definitiva o simplemente una etapa de aprendizaje?

La miseria, lejos de ser un juicio, es aquí presentada como un estado que nos desafía a mirar hacia dentro y cuestionar nuestras acciones. ¿Qué nos lleva a repetir ciclos de destrucción? ¿Qué nos impide avanzar hacia una coexistencia armoniosa? Estas preguntas son esenciales, porque solo al enfrentarnos a nuestras sombras podemos encontrar la luz que nos guíe hacia la redención.

Pese a las dificultades, la historia de la humanidad está plagada de momentos que demuestran nuestra capacidad de superar incluso los retos más oscuros. Desde movimientos de resistencia frente a la opresión hasta descubrimientos que han revolucionado nuestra forma de vida, la humanidad ha mostrado una resiliencia inquebrantable. Este potencial transformador no es exclusivo de unos pocos; habita en cada ser humano. Es una chispa que, bajo las condiciones adecuadas, puede convertirse en un incendio de cambio positivo.

Para que este potencial se manifieste, es fundamental reconocer que el cambio comienza en el individuo. La transformación personal es el primer paso hacia la construcción de comunidades más justas y solidarias. En este sentido, el libro no solo invita a la reflexión, sino también a la acción, recordando que cada pequeño cambio cuenta, y que incluso los actos más simples pueden tener un impacto profundo.

Si hay algo que nos une como especie, más allá de nuestras diferencias culturales, religiosas y geográficas, son los principios y valores universales. Conceptos como la dignidad humana, la justicia, la libertad y la igualdad son intrínsecos a nuestra esencia. Sin embargo, a menudo han sido ignorados, tergiversados o subordinados a intereses individuales o colectivos.

El libro analiza cómo estos valores pueden servir como cimientos para una nueva humanidad. Una humanidad que se aleje de los fanatismos y las divisiones, y que se construya sobre una base sólida de respeto mutuo y colaboración. Para lograrlo, es necesario replantearnos nuestras prioridades y asumir un compromiso genuino con el bienestar común. Esto implica cuestionar sistemas y estructuras que perpetúan la desigualdad y buscar soluciones que beneficien a todos, no solo a unos pocos.

La evolución de la humanidad ha estado marcada por avances significativos que, en muchos casos, han traído consigo nuevas oportunidades, pero también desafíos inesperados. Desde el dominio del fuego y la agricultura hasta la revolución industrial, cada etapa ha transformado nuestra forma de vida y nuestra relación con el mundo. Ahora, en plena cuarta revolución industrial, nos enfrentamos a un nuevo paradigma, donde la tecnología redefine lo que significa ser humano.

Este libro analiza cómo hemos llegado hasta aquí, destacando tanto los logros como los errores del pasado. Sin embargo, no se trata solo de mirar atrás, sino también de proyectar hacia el futuro. ¿Cómo podemos utilizar las herramientas y conocimientos actuales para construir un mundo mejor? ¿Cómo evitamos caer en los mismos errores que han llevado a la explotación y el desequilibrio? Estas son preguntas cruciales que guían la narrativa.

Finalmente, esta obra no pretende ser un simple registro de ideas, sino una invitación a actuar. A través de sus páginas, se busca inspirar en el lector una esperanza renovada y un compromiso activo con la transformación personal y social. No se trata de esperar soluciones externas, sino de reconocer el poder que reside en cada uno de nosotros para ser agentes de cambio.

En este viaje, cada lector es llamado a convertirse en un protagonista activo. La reflexión es solo el primer paso; la acción es lo que realmente transforma. Así, el libro no solo plantea preguntas, sino que ofrece herramientas y ejemplos que pueden servir como guía para quienes deseen contribuir a la construcción de un mundo más equitativo y solidario.

En un momento histórico donde los desafíos parecen insuperables, este libro ofrece una perspectiva esperanzadora. Nos recuerda que, aunque las sombras sean parte de nuestra historia, también lo son los destellos de redención. Al entender nuestra esencia, tanto en su fragilidad como en su grandeza, podemos construir un futuro donde los principios y valores universales sean el eje de una nueva humanidad. Una humanidad que no solo sobreviva, sino que prospere en armonía consigo misma y con el planeta.

Este es un viaje de descubrimiento, reflexión y acción. Y al final del camino, lo que importa no es solo lo que encontramos, sino cómo ese recorrido nos transforma a nosotros y al mundo que compartimos.

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martes, 12 de noviembre de 2024

LA LEYENDA DEL FAUNO Y EL HADA

 

Una Oda del Poeta Lolo Morales 

Por las sendas de un bosque en un reino encantado, 

donde el laurel y el mirto danzan en sombra y resplandor, 

donde el viento murmura el susurro es sagrado, 

se oye una flauta mística en antiguo clamor.

Oh, noche de orgía, canto y lira sonora, 

la luna en lo alto tiembla con fulgor de alabastro, 

y el fauno con patas hendidas, en su ardiente demora, 

se acerca a la clara fuente, refugio y santuario.

Los dioses celosos contemplan desde el Olimpo sus voces, 

de envidia prenden sus labios con el vino y la miel,

mas el bosque es su templo, 

y se erigen sus dioses

en danza perpetua, en un frenesí cruel.

El fauno, de lujuria y alegría embriagado,

con cuernos retorcidos como ramas de roble antiguo,

con su risa impía, su mirar desatado,

persigue a las Erinnias en su juego ambiguo.

Y allí, la más bella, cual musa de mármol y fuego,

con el cuerpo etéreo, de aliento febril,

la Hada de mirada profunda y delgado ruego,

surge entre sombras, de un éxtasis febril.

Al son de la lira y la danza infinita,

las musas, las Erinnias, en misteriosa unión,

entrelazan sus voces, y el fauno se agita,

en la sed del amante y la ambición.

La armonía, como néctar, fluye en río sagrado,

las siete musas danzan en órbita astral,

y el fauno, libando el vino dionisíaco y dorado,

alza su copa al éter, en un tributo ideal.

Amor y odio en un torbellino, eterno y ardiente,

se entrelazan en este aquelarre de sombras y luz,

y en el viento ondea la risa irreverente,

mientras susurra el mito que nunca verá la cruz.

Con furia y ternura, la mano del fauno se alza,

en busca de ella, el hada, esquiva y gentil,

y en un giro de astros, en una ronda de danza,

las estrellas se funden en un abrazo febril.

Es aquí donde el Olimpo se siente humillado,

envidioso de esta euforia y mortal frenesí,

pues en la espesura, cada dios queda eclipsado

por el himno antiguo de vino, fuego y jazmín.

Oh, las liras resuenan, el fauno danza enardecido,

las Erinnias le siguen en su ronda final,

la Hada ríe, indómita, en un éxtasis vencido,

y el bosque entero es un altar triunfal.

El arte, el verso, el ritmo en eco perpetuo,

tallado en las sombras de un edén ancestral,

oh, danza del amor y el odio discreto,

que evoca al fauno y al hada en el ritual.

Así, en la leyenda, en el canto y la sombra,

pervive la fábula que Homero contara,

en la tierra profunda y en la magia que asombra,

donde el fauno y el hada son el eco que nunca se acaba.

Soy el fauno indomable que, errante y deshecho,

con un grito que hiere al mismo monte y cielo,

declama su nombre y su duelo en mi pecho,

como rugido de fiera o cascada en desvelo.

Oh, musa dariana, oh palabra de fuego,

eres cántico y golpe, eres miel y puñal,

te busco en la noche, en el vino me entrego,

y en cada verso te alcanzo, mortal e inmortal.

Así me retuerzo de amor, de deseo,

soy criatura salvaje, soy himno y pasión,

cuando el beso del hada en la noche poseo,

me enciende la sangre y pierdo la razón.

Mas si ella traiciona, me arroja al abismo,

a la locura herida de un amor destrozado,

mi voz es un eco de oscuros himnos,

y mi furia es la mueca de un dios ultrajado.

Me contorsiono en el suelo de la selva infinita,

mi cuerpo es un templo quebrado de ambrosía,

mis cuernos se alzan en esta amarga cita,

donde el vino es veneno y el amor agonía.

¡Oh, dioses que escuchan desde alturas celestes!

¡Envidiadme el delirio, envidiadme el amar!

Que no hay alegría, ni dioses, ni gestos,

que vivan tan hondos como mi gozo mortal.

Oh hada, etérea y cruel, que a mi pecho se ciñe

como anhelo sagrado, como espina letal,

cuando en tus brazos caigo, mi ser se deslíe,

en ambrosía y locura, en un goce infernal.

Por ti canto, por ti bramo y me entrego,

yo, fauno audaz, que del mundo soy dueño,

cada hoja es mi manto, cada raíz mi fuego,

en el amor que me consume y me lleva al sueño.

¡Locura y ardor! ¡Cuerpo y espíritu un canto!

yo, el fauno indomable, en esta tierra anclado,

mi destino es amar con un fervor sacrosanto,

y en el odio y el dolor, ser eternamente amado.

De mi pecho nace el verso que nadie olvida,

con ambrosía y coraje, con fiebre y temblor,

soy el fauno que danza en la noche encendida,

soy eco y deseo, soy furia, soy amor.

 

Managua 12 noviembre 2024

ELEGÍA A UN AMOR PERDIDO








Oh, amor,

barco que naufragó en mi pecho,

lluvia que empapó la tierra de mi alma,

dejándola fértil y luego, árida,

me quedé contigo y sin ti,

atrapado en la orilla que abandonaste,

como un anhelo que aún late en la distancia.


Te busqué en las calles y en los rostros ajenos,

en el eco de tus pasos que ya no regresan,

en cada rincón donde tus ojos sembraron luz,

y solo hallé sombras —

como ruinas antiguas de lo que fuimos,

como pétalos secos en los que el tiempo danza.


Te fuiste con la prisa de un río incesante,

como ola que besa y se marcha,

dejando espuma y vacío en la playa del corazón.

¿Dónde estás ahora, llama que ardiste sin descanso,

perfume dulce en las madrugadas,

sueño errante que rozó mis cielos más altos?


Llevo el peso de tu nombre como un viento invisible,

como un murmullo de hojas en mi interior.

Tu voz, ecos de un bosque en otoño,

se desvanece mientras camino,

y cada paso es un lamento,

un susurro de hojas secas bajo mis pies.


Fuimos río y montaña,

fuimos bosque en llamas,

fuego indómito y pájaros danzando en la aurora.

¿Recuerdas, amor, cuando el mundo

no era más que un reflejo de nuestros cuerpos,

cuando el tiempo cedía ante la urgencia de la piel?

Pero ahora el tiempo es tirano y ajeno,

es el reloj que marca lo perdido,

lo inalcanzable, lo que ya no regresa.


Tu ausencia es el filo de la noche,

y a veces me roza con su fría caricia,

dejándome desnudo y sin estrellas.

Es el eco de un tambor lejano,

el compás de un suspiro que se va desvaneciendo.

Me aferro a los restos de tus besos,

a los recuerdos que, como polvo de estrellas,

se posan en mi piel sin tocarme,

se disuelven en el viento sin volver.


¿Qué soy ahora sin ti,

sino una luna desierta,

un océano mudo,

una raíz buscando agua en la aridez?

Amor, plantaste en mí el temblor y la ternura,

y me dejaste las manos vacías,

como ramas desnudas ante el invierno.


Oh, amor, que fuiste torrente y calma,

sol y penumbra,

mi grito en la madrugada,

mi risa y mi pena;

te honro en este silencio,

en este canto que es lágrima y flor,

en cada verso que alumbra lo que fuimos

y la sombra de lo que ya no somos.


Que tu nombre resuene en las piedras,

que el viento lo lleve lejos,

allí donde el mar se encuentra con el cielo,

y en cada rincón donde alguna vez

nos vimos reflejados en el amor eterno.

Soy, en este momento de tu memoria,

el campo desierto que espera la tormenta,

el árbol que se deshoja sin tristeza,

porque sabe que el invierno también es parte de la danza.


Y aunque te hayas ido, amor,

y tus huellas se disuelvan en el polvo de los días,

te llevo en mí como un rumor secreto,

como un río subterráneo,

como un sueño que regresa cada noche

para recordarme que, aunque todo se pierde,

alguna vez existimos en el centro del universo,

y en ese instante, el amor era todo.

viernes, 8 de noviembre de 2024

Soneto a un amor fallido

 


Escuché tu adiós, amor de antaño,

como el eco de un canto desolado,

mas en mi pecho, viejo y diesgastado,

no hallé tristeza, ni lloré tu daño.


Evoco el ayer, tus labios de engaño,

y ese fuego en mí que fue apagado;

la traición, un puñal no esperado,

dejando un hueco donde hubo un año.


Mas hoy, al saber que ya no existes,

no hay dolor en la muerte de tu huella;

es alivio lo que mi pecho asiste.


Y una voz callada, sutil centella,

ríe al final, como vengadora triste:

"A quien ama, siempre espera una estrella."

Lolo Morales, 8 de noviembre de 2024



EL VUELO DEL POETA












Ya miro el horizonte, sombra lenta,
se acerca, como el viento en el ocaso;
la vida que he tenido, paso a paso,
es joya que el tiempo ya sustenta.

Infancia fue tesoro en piel sangrienta,
amor, el oro de un suave abrazo;
juventud, llama en fuego sin retraso,
la vejez, paz en alma soñolienta.

Ahora es el momento, en este viaje,
de contar los regalos que me dieron,
legado que en mi obra dejo y traje.

El cuerpo, polvo, estrellas me ofrecieron,
y en vuelo a lo infinito haré anclaje:
seré huella en el viento que me hicieron.

Lolo Morales
Managua 8 de noviembre 2024


lunes, 1 de julio de 2024

LA ANTI-PARÁBOLA DEL HIJO PRODIGO




Por Lolo Morales (Escritor)

Había una vez un joven de Boston, nacido en el seno de una de las familias más ricas de la ciudad. Su padre, un magnate de la industria petrolera, le proporcionó la mejor educación en la Universidad de Harvard. El joven se graduó con honores y, ansioso por vivir la vida al máximo, le pidió a su padre su parte de la herencia.

Con el dinero en mano, el muchacho partió en un viaje sin restricciones. Recorrió el mundo, se entregó a todo tipo de lujos: autos caros, alcohol, drogas y mujeres. Durante casi dos décadas, vivió en una espiral de excesos y placeres efímeros.

Pero la fortuna no es eterna. Un día, tocó fondo. Consumido por el fentanilo, sin amigos ni esperanzas, vagaba como un zombi por las desoladas calles de Washington. En su desesperación, se dio cuenta de que había fracasado en todo.

Decidió regresar a Boston, donde su padre aún vivía. El anciano había perdido toda su inmensa fortuna en la bolsa de valores. Cuando padre e hijo se encontraron después de veinte años, se abrazaron y lloraron de emoción. Ambos estaban solos y empobrecidos.

La lección de esta historia es que en tiempos difíciles, muchos hijos ricos creen que la juventud y la riqueza son eternas. Pero el viejo rico, un luchador que había perdido la batalla esta vez, sabía que aún tenía la tenacidad, el conocimiento y la fortaleza para volver a levantarse. Conocía el verdadero valor del dinero y de la vida.

El padre no celebró con fiestas ni regalos costosos. En lugar de eso, le aconsejó al hijo pródigo, a quien siempre había amado, que había desperdiciado los mejores años de su vida y su capital. "Comienza a trabajar", le dijo. "La próxima vez que nos veamos, espero que ambos seamos ricos. No vaya a ser que ya no me encuentres y tú termines en un callejón oscuro".

Así concluye la anti-parábola del hijo pródigo: una advertencia para aquellos que creen que la juventud y la riqueza son inagotables. La verdadera riqueza reside en la sabiduría, la perseverancia y el valor de enfrentar la adversidad. Y, a veces, la pérdida puede ser el comienzo de una nueva oportunidad. 🌟📖✨


Nota: Está historia está basada en hechos de la vida real. Es tan real que le ha sucedido a muchos miembros de las familias más ricas y prominentes de nuestra sociedad fallida. Antes y después de la Revolución y las grandes quiebras mundiales.


Managua, 1 de Julio de 2024

viernes, 21 de julio de 2023

Canto a la musa


En la era actual todos nos definimos, 
    consciente e inconscientemente,
    era en la que no nos conocemos, 
    ni nos vemos, 
ni siquiera nos tocamos.

Las que disfrutan son las mujeres, 
      y aunque más sufren, 
      son las que más ríen 
      y gozan del arte,
      precisamente 
      porque son mujeres, 
      sensibles a la belleza, 
      y a la inteligencia.

¿Qué aman ellas de un poeta grande
  o de un pintor exquisito?

Ellas, 
    las mujeres divinas, 
    son espirituales, 
    aman y sienten la poesía,
    hacen de ella su refugio total 
    y personal.

El espíritu de una mujer es el de una flor abierta,
    es puro sentimiento, 
    de una profundidad existencial,
    sin límites,
    de mayor kilataje entre los seres vivos 
en el universo.
T
ienen la suficiente edad, 
    sea la que sea, 
    para absorber la belleza y el amor 
    en todo su esplendor.

Por eso aman a los poetas, a los pintores, 
    a los artistas, 
    aman las letras 
    y las pinceladas que hacen 
    volar sin límites libremente,
    como cuando la mariposa deja la crisálida, 
    o la paloma abandona el nido.

Los machos son bruscos, serios, insensibles, 
     salvajes, 
     pornográficos, 
     vulgares
     en sus neuronas corre, 
     la basura espiritual del ser.

Los artistas y las musas son espirituales, 
en el sentido correcto de la palabra.
Este canto es para ellas.

Managua, 21 de julio de 2023

Soy libre










Porque no le debo a nadie

    si no trabajo no me harto
    si no llevo comida a mi casa
    me mandan a la verga.

Soy alcohólico, 
    pero no coyoteo
    me manda mi mujer, 
    por ser pareja y trabajadora.

No reclama cuando bebo,
     no se arrecha 
     cuando me arrecho,
     me deja salir en la noche,
     como perro de rico,
     me da de comer de día
     y me suelta por la noche.

¡Ay!, y los hombres se quejan
    porque no saben cómo es qué,
    con cuantas papas se hace un guiso.

 Se me acaba de ocurrir.

Managua 21 de julio 2023

La mito-desgracia dariana

La mito-desgracia más grande 

    de los poetas nicaragüenses

    es creer que para ser buenos poetas 

tienen que ser borrachos.


Como Darío fue un gran bolo-genio 

    con gracia, 

    todos quieren ser bolos pero 

    sin gracia,

más bien desgraciados.


Pero los que más daño le han hecho a Darío 

    son los mismos darianos, 

un montón de bolos sin gracia.


Managua 21 de julio de 2023

Viejas Polvaredas



¡Oh! Viejas polvaredas,
 inclinen sus arrugados versos

 ante el poeta nuevo 
 que levanta y abre, 
 visiones de pellejos tiernos.

 Las viejas alondras que ya no cantan, 
 con sus polvos apagados
 como pocillos oxidados 
 aburren tanto, 
 que el garrobo del bardo
ya no cabecea.

Solo el calzón nuevo alegra,
el corazón de un fauno retirado.

Managua 10 de junio de 2023


domingo, 18 de diciembre de 2022

Anhelo de un fauno en retiro

 

Me gustan las tiernas patitas al aire crujientes,

como pollo rostizado doradas, duras, frescas

me gustan sin panza, con el calzoncito repintado

repujado,

que usen hilo dental con derrier impecable,

nalgas como melones me gustan apretaditas

ahí me siento a gusto

el color es lo de menos

me gustan altas, chaparritas, flaquitas, arqueadas,

como esas empanadas rellenas de almíbar de coco

untadas en mermelada de queso bañadas en cerveza,

o champán,

 

me fascina oler las flores cuando están tiernas

porque solo tiernas despiden fragancia

con sabor Cocó Chanel natural

 

Me gusta jugar a las escondidas

hasta que hierva la sangre

buscando la piedra filosofal

de la eterna juventud

esa alquimia que entregan las almas encarnadas

en cuerpos que hablan con ojos iridiscentes

que con solo mirar hacen temblar rodillas

hasta explotar como un loco borracho de adrenalina

al más alto nivel, como el pavorreal o el ave del paraíso

que cuando se suben sobre la hembra se esponjan de orgullo

 

Me gustan los pipianes en flor solteras, viudas, abandonadas,

inocentes, chayotitos tiernos, maltratadas, despreciadas,

desechadas, ultrajadas por machos celosos borrachos

acomplejados apaleadores de púberes indefensas

 

Me gustan los brazos forrados con dulces tapices de mieles

de algodón de azúcar con la dureza del más dulce de los aceros

achocolatados en sus forros traseros como globos de titanio

con pezones erguidos tan duros, tan altos, como los volcanes puntudos

de mi tierra,

 

Me gustan con vestido apretadito con faldas

que vuelan como islas milenarias

cobijando columnas de mármol

de esas que sostienen los templos de las diosas griegas.

 

Ya punzan doliendo las bolsas de arena líquida

blanca fecunda a punto de reventar con solo sentirlas

olerlas viéndolas así.

 

Me gustan las musas sazonas que sean de esas les gusta

gozar con poemas que llegan al alma versos, besos, caricias,

ternura, sabiduría paciencia, experiencia,

generosidad de un fauno en retiro.

Me encantan las ninfas que aman el buen vino

de cosechas antiguas ron añejado de sesenta

y cuantos años envejecido con bouquet a Coñac Napoleón

con olor a queso griego, con sabor a caviar

 

Me enloquecen las Erinnias que adoran a los poetas contemporáneos

que usan calzoncillos de hombre viejo, que saben amar, que saben cantar,

le llegan al alma en primavera,

en el gélido invierno,

en el tostado verano,

en el blanco otoño

 

Me encantan esas que saben cuidar la siesta

del mismo Dionisio

quisiera seguir anhelando esa emulsión estelar del fulgor juvenil,

primavera infinita que invita a la aventura recorriendo la novedad

de un territorio inexplorado del amor.

 

 Managua, noviembre 2012


sábado, 12 de noviembre de 2022

Caballero de fina estampa

 (Dedicado a mi hermano Carlos Castillo Barberena)


Sucedió en el serrallo de un sultán.

En pos de una orquídea alada, 

- en el jardín del Alambra –

iba alegremente el

príncipe moro, 

 buscando aquella 

fragancia de la lejana Turquía,

como si fuese La Odalisca de Fortuny

o, 

la esplendorosa Mona de Leonardo.


El iluminado caballero de la fina estampa,

deslumbrado por tanta belleza, 

deshojó las alas perfumadas de la Lisa, 

la odalisca alada,

la favorita del sultán.

 nunca más volvió

a revolotear sobre la fuente de su señor.


no picotea más el culebrón 

en la exótica flor de su vergel

ni liba más el gorrión,

fue en pos de una nueva miel...


Solo quedó aquella victoria lejana

una salmodia heroica de un regidor enamorado

que entabló feroz combate

en las lides del placer

con la flor más bella del palacio

la odalisca favorita 

en el harem del sultán.


Rancho Santa Ana, 12 noviembre 2022

domingo, 18 de septiembre de 2022

Sueño eterno

 


SUEÑO ETERNO

Amémonos y vivamos amor
que los chismes de las viejas poblanas 

                          nos importen un bledo
los soles y las lunas nacen
mueren.

Que sea eterna nuestra noche
ven dame el pico
picoteo tras picoteo
ven pájara mía, 
ven dame tu flor
una vez 
diez veces
dame una propina de cien besos
hasta que yo a ti
de tanto que quieres amarme
haya perdido la cuenta para no ignorarla
para que ningún envidioso pueda dañarnos
cuando se entere del total de nuestros besos

ven, conciliemos saldos 
de amor hasta enloquecernos
no vaya a ser que algún 
capullo en flor se nos escape
pregonando la cuenta exacta 
de las veces que hicimos 
                                         (el amor
ven a vivir amándonos 
una y otra vez amorcito mío
como se aman las gaviotas

los rumores de viejas reprimidas, 
váyanse todas a la mierda
las lunas se ocultan 
el sol aparece nuevamente
nuestra apocada luz se apaga
la noche sea para siempre
el sueño sea eterno.

Abril 2012

#poetalolomorales #poesiaposmoderna
#nuevapoesialatinoamericana
#metaversos 


sábado, 17 de septiembre de 2022


Lolo Morales, Poeta Nicaragüense, Dolores Morales González nació el 11 de Diciembre de 1950 en Managua, Nicaragua. Es reconocido como un poeta solitario, crítico literario, ensayista, y destacado empresario fabricante de muebles finos de madera. Morales perfeccionó su arte de componer versos durante cinco años, bajo la tutela y dirección de su maestro el Gran Bardo Posmodernista Nicaragüense Carlos Martínez Rivas (1924-1998)

El I Festival Internacional de Poesía de Managua 2012 en imágenes

Inauguración del I Festival Internacional de Poesía de Managua 2012

Luis Enrique Mejía Godoy en Concierto en el Fip Managua 2012

Managua Nicaragua donde yo me enamoré

Antoine Joly inaugura el I Festival Internacional de Poesía de Managua 2012

Conferencia de prensa Fip Managua 2012, 'Álvaro Urtecho In Memoriam'

Pintores y escultores expusieron permanentemente sus obras en FIP Managua 2012

Embajador de Francia en Nicaragua, Antoine Joly, fue nombrado Presidente del FIP Managua 2012

Discurso de apertura del FIP Managua 2012 por el Poeta Lolo Morales

Festival Internacional de Poesía de Managua 'Alvaro Urtecho' Spot de 30 seg

Spot de 1 minuto del I FIP Managua 2012

Coordinador del FIP Managua 2012 explica el programa y la dinámica del evento

Canal 6 entrevista a Lolo Morales sobre el Festival de Poesía de Managua 2012

Barrio de pescadores, de Erwing Krüger

Managua, "La Novia del Xolotlán"

Managua, pasado, presente y futuro

¿Era Darío anti obrero y racista? Charla con Manuel Aragón Buitrago