En el abismo azul de mi conciencia,
se alza el fulgor eterno de un anhelo;
es luz que brota, tenue, desde el suelo,
y roza el cielo en busca de existencia.
Es alma errante, sabia en su inocencia,
el eco de un suspiro en puro vuelo,
que cruza los confines del desvelo
y encuentra en lo intangible su presencia.
Ni el tiempo, ni el dolor, ni la razón
podrán apagar su llama infinita,
ni encerrar su misterio en un rincón.
Pues vive en lo sutil, en lo que invita
a amar la vida, a hallar en el perdón
la gloria que hace al alma bendecida.
Lolo Morales, Altos de Villa Fontana. 28 de noviembre de 2024