Llevo en mi nombre la carga del dolor,
Dolores me llamo, y en mí convergen
las penas del cuerpo y las del alma,
una danza eterna entre lo físico y lo moral.
las penas del cuerpo y las del alma,
una danza eterna entre lo físico y lo moral.
Mis dolores no son solo míos,
son los de todos, los que sufren y aman,
los que en la noche encuentran desvelo
y en el día buscan consuelo.
Morales es mi apellido,
reflejo de la ética y la razón,
pero también de las heridas invisibles
que marcan el espíritu humano.
Así, en mi ser se fusionan
el dolor tangible y el intangible,
una amalgama de experiencias y sentimientos
que definen la esencia de lo que soy.
Mis nombres propios, Dolores y Morales,
son más que etiquetas;
son símbolos de la dualidad humana,
de la lucha constante entre el sufrimiento y la moral.
En esta fusión poética y filosófica,
encuentro la originalidad de mi identidad,
una sinfonía de dolores y valores
que resuenan en cada latido de mi ser.
Lolo Morales, 14 de diciembre de 2024