Oda al Drama de la Vida
¡Oh drama sublime que al alma convoca,
la vida es un grito que el tiempo sofoca!
Es un fuego que arde, de sombras tejido,
un teatro inmortal de lo no comprendido.
En su vasta comedia de sangre y de guerra,
los hombres transitan su efímera tierra.
Buscan tronos de polvo, riquezas fugaces,
mas se pierden las joyas si el alma desfallece.
¡Clarines! Resuena la voz del destino,
y el espíritu danza, quebrando caminos.
El poder se consume, cual llama en lo oscuro,
mientras el ego se alza, soberbio e impuro.
Mas la fuerza del alma, su luz encendida,
es la espada que hiere cadenas vencidas.
Renace del polvo, eterno y glorioso,
y se alza sublime, al cielo grandioso.
¡Oh tragedia del mundo que arrastra su peso!
Es el drama del odio y el dogma confeso.
Las torres caen sordas, los ídolos ruedan,
y el espíritu libre sus cielos hereda.
La vida es un río de lucha y desvelo,
un torrente que canta su triunfo al cielo.
Y aunque al mundo lo nubla la sombra y el lodo,
la chispa del ser destruye su todo.
Es tragedia y comedia, un pulso eterno,
donde la gloria se alza del polvo y el averno.
El hombre, en su drama, sus pasos redime,
y el alma que sufre, en victoria sublime.
¡Oh canto infinito que rompe cadenas!
Haz del verso un templo, haz del alma venas.
Que el poeta resuene con fuerza triunfal,
y grabe su nombre en lo eterno inmortal.
Que este himno persista en el aire y los siglos,
que trascienda los muros de odios y sigilos.
En su fragancia inmensa, la vida redime,
y el drama del hombre al fin se sublima.
Lolo Morales, Villa Foresta, 25 de diciembre de 2024