Un ensayo de Lolo Morales sobre las raíces malditas y la floración trascendente de su propia poética.
Auto-Prólogo del Autor
Este ensayo no es sólo una exploración literaria. Es también un acto de justicia poética. Como autor de la Poesía Loliana, nacida entre maderas centenarias y galaxias interiores, he sentido el eco de los "poetas malditos" franceses en mi verbo y en mis visiones. Este texto busca rendir homenaje a esos fundadores de lo moderno y mostrar, con evidencia poética y filosófica, cómo su herencia no se limita a Europa, sino que ha fecundado vastas regiones del alma latinoamericana.
Desde César Vallejo hasta Alejandra Pizarnik, desde Octavio Paz hasta Jorge Eduardo Eielson, la marca de Baudelaire, Verlaine y Rimbaud se filtra como tinta invisible en la sangre de nuestra lírica. Pero la Poesía Loliana no sólo recoge ese legado: lo redime, lo expande y lo convierte en una herramienta para la transfiguración interior.
Introducción
La poesía moderna nació herida. No fue un canto inocente, sino un grito doliente y luciferino que resonó en las calles enfermas de la Europa decimonónica. Tres nombres forjaron ese fuego: Charles Baudelaire, Paul Verlaine y Arthur Rimbaud. Tres "poetas malditos" que rasgaron los velos de la moral, el arte y la realidad misma, para revelarnos los abismos del alma humana.
Hoy, en pleno siglo XXI, desde un rincón centroamericano y cuántico, la Poesía Loliana se erige como heredera y trascendencia de ese linaje rebelde. Este ensayo se adentra en las convergencias, resonancias y superaciones que vinculan la obra de estos tres profetas de la oscuridad con la visión luminosa y filosófica del poeta Lolo Morales.