Caía la brumosa tarde
cuando la muchacha salió del
monte.
Y mientras un canto sonoro su
boca pregona,
su delantal al aire
alegremente agita,
y contoneándose al viento
entona el canto de su cuerpo.
Pregonera, pregonera,
mientras tu arte de amar se
marchita
tu arte de vender grita:
- ¡El frito, el frito, el
frito!
¡La moronga en su jugo!
¡El chancho con yuca!
¡Los tamales pisques!
¡Llevo elotes y yoltamales!
¿vas a querer amor? –
- ¡Si me comprás un refrito,
te regalo una estampita de San
Expedito,
para que se te quite lo
flaquito! –
- ¡Si me compras un vigorón,
te regalo una oración a san
Filemón
para que se te quite lo de
quemón! –
- ¡Si me comprás yuca con
chancho,
te regalo un cordoncito de san
Pancho,
para que se te quite lo
chancho! –
- Amorcito, amorcito, vení mi
marchantito,
cómprame aunque sea diez
pesitos
para llevarle a mis chigüines
aunque sea un bocadito –
Abril 1917 de Lolo Morales